Encontrarán aquí algunos materiales relacionados con los colaboradores que adhirieron a las teorías vigotskianas y continuaron con trabajos propios a partir de ellas, sus vínculos y trabajos conjuntos. Aleksandr Luria, cuyos estudios sobre la memoria y el cerebro pueden pensarse en diálogo con las teorías cognitivas "propiamente dichas" que luego se desarrollarán en norteamérica, y Alexei Leontiev, quien profundizó el concepto de "actividad" de Vygotski dándole una nueva entidad.
Ver también "Alexei Leontiev" en Psymethods.
Desde el portal Educ.ar muy breve, un artículo sobre el Lenguaje, su papel, su importancia para este paradigma, sus diferencias con otros:
Aleksandr Luria adhirió a la psicología "cultural", "histórica" e "instrumental" de Vygotsky y sus colegas en 1924. Desde entonces hasta su muerte, intentó profundizar los alcances de esta visión en distintos fenómenos de la psicología. Primero analizó el impacto en la cognición (tanto en la percepción y en la memoria como en la resolución de problemas) producido por los cambios históricos en la actividad económica y por la alfabetización masiva posterior a la Revolución Rusa.
Ver también "Alexei Leontiev" en Psymethods.
Desde el portal Educ.ar muy breve, un artículo sobre el Lenguaje, su papel, su importancia para este paradigma, sus diferencias con otros:
Vigotsky y sus discípulos
Una
visión de la adquisición del lenguaje que es simultáneamente distinta
de la de Chomsky y de la de Piaget está representada por los psicólogos
rusos Lev Vigotsky (1896-1934) y su discípulo Aleksandr Luria (1902-1977).
Piaget
y Vigotsky comparten su interés por el desarrollo del lenguaje de un
modo que va más allá de lo que interesa a la gramática generativa, pero
mantienen diferencias cruciales en su modo de concebir ese desarrollo.
Como hemos visto, para Piaget los factores sociales no son relevantes en
el desarrollo del niño, al que concibe como un proceso de ontogenia, es
decir, de naturaleza individual; apenas sugiere que los adultos no
deben interferir en la libre exploración del mundo por parte del niño.
Su concepción de las ideas no es mentalista, pero tampoco cultural:
sostiene que aparecen naturalmente con la interacción física del niño
con el mundo.
En
cambio, para Vigotsky y sus seguidores, el conocimiento del niño se
construye socialmente en la interacción con los adultos relevantes. En
esa construcción juega un papel fundamental la lengua (una “herramienta de herramientas”),
que le permite al niño adquirir los significados del adulto. En tanto
instrumento de comunicación, el lenguaje funciona como un mediador entre
el hombre y la experiencia acerca del mundo, puesto que el hombre puede
formarse imágenes subjetivas (que constituyen conocimiento) acerca de
situaciones objetivas que no ha experimentado directamente. Ello es
posible gracias a su inserción en un entorno social, que le facilita
esos conceptos de los que no tiene experiencia directa. La adquisición
del lenguaje es, así, concebida como el momento crucial en el que la
filogenia (el desarrollo histórico genérico) y la historia cultural se
funden para alcanzar las formas específicamente humanas de pensamiento,
sentimiento y acción. Un concepto fundamental planteado por Vygotsky es
la llamada zona de desarrollo próximo (ver también Bruner 1986),
definida como la distancia entre el nivel de desarrollo real
(determinado por la capacidad de resolver problemas en forma
independiente) y el nivel de desarrollo potencial (determinado por la
capacidad de resolver problemas con la guía de un adulto o la
colaboración de pares más capaces). Ello supone poner en foco el papel que cumple la interacción social en la construcción del conocimiento.
Aleksandr Luria adhirió a la psicología "cultural", "histórica" e "instrumental" de Vygotsky y sus colegas en 1924. Desde entonces hasta su muerte, intentó profundizar los alcances de esta visión en distintos fenómenos de la psicología. Primero analizó el impacto en la cognición (tanto en la percepción y en la memoria como en la resolución de problemas) producido por los cambios históricos en la actividad económica y por la alfabetización masiva posterior a la Revolución Rusa.
Perseguido por Stalin, Luria se dedicó durante varias décadas al estudio de las afasias, un terreno que parecía más neutral desde el punto de vista ideológico; la importancia de su trabajo se constató cuando, como resultado de la Segunda Guerra Mundial, recibió gran número de pacientes con lesiones cerebrales, que le permitieron construir una teoría completa sobre las funciones cerebrales y la cura de lesiones locales, sentando las bases científicas de la neuropsicología.
Fuente: http://aportes.educ.ar/lengua/popup/vigotsky_y_sus_discipulos.php
Otro artículo vinculado es,
Vygotski y Luria. Dos aliados, dos amigos, dos vidas: un acuerdo teórico-práctico sobre la mente y el protagonismo de lo social
Fragmento extraído del artículo publicado en Pscicopedia Hoy
Vygotski y Luria: una alianza histórica de vidas e ideas
Maestro y estudiante, colegas
eventualmente, amigos personales y aliados en una misma concepción sobre
la mente y la formación de los procesos superiores de la inteligencia
humana. Vygotski y Luria compartieron la tarea de crear
una teoría, una metodología y una evidencia empírica-práctica sobre el
rol de lo social-cultural-histórico en las funciones superiores
corticales (psicológicas), esto es la consciencia. Aunque Vygostki
origina la teoría socio-cultural, Luria complementa su trabajo, sobre
todo en las aplicaciones concretas que llevó a cabo en los proyectos de
alfabetización en las regiones remotas de Rusia en donde se proponía
evidenciar el impacto del aprendizaje estimulado sobre la consciencia
del trabajador analfabeta aumentando su capacidad de abstracción,
trabajo que compartió con Vygotski aún en vida, pero quien estuvo
demasiado enfermo como para acompañarlo en estos viajes. En la búsqueda
de datos, Luria intentaba corroborar la naturaleza social de la
consciencia para aplicarla de forma universal.
“Por preliminares que fueran, estas
observaciones produjeron un gran caudal de hechos observables. Nos
dieron datos suficientes para discordar de las nociones de la naturaleza
universal del proceso cognitivo humano” (Atonian y Davis, 2003).
Ambos, Vygotski y Luria,
compartieron el mismo trasfondo teórico marxista, así como un fiel
compromiso con los objetivos del marxismo en el triunfo de la Revolución
Bolchevique. Paradójicamente, una vez cambia el régimen leninista hacia
el control de Stalin ambos habrían de sufrir el mismo exilio teórico
mediante censura. El trabajo de ambos queda reprimido por acusaciones de
anti-stalinismo; aún así ninguno de los dos abandonó en vida su país.
Tampoco renunciaron a su enfoque socio-cultural sobre la formación de la
consciencia (mente).
Estos dos teóricos compartieron
supuestos fundamentales sobre características esenciales y procesos de
la mente humana; postulados que son centrales en la Psicología
Cognitiva, y que Román Pérez y Díez Pérez (2000), en su artículo El
Currículum como Desarrollo de Procesos Cognitivos y Afectivos, presentan
excelentemente resumidos a continuación:
Las implicaciones y aplicaciones siguen
vigentes hoy día. Concluyen Roman Pérez y Díez Pérez (2000) que bajo las
premisas de Vygotski y Luria en su Teoría Socio-Cultural sobre la
mente, el currículo educativo escolar es fundamental para un desarrollo
positivo y óptimo de las capacidades del estudiante en donde la figura
del maestro es crucial.
“Desde este nuevo paradigma socio –
cognitivo hablamos del aprender a aprender para desarrollar el potencial
de aprendizaje cognitivo y afectivo de los aprendices. La enseñanza
centrada en procesos identifica al profesor como mediador del
aprendizaje y mediador de la cultura social.
Las reflexiones anteriores enmarcan
un nuevo paradigma socio – cognitivo y por tanto suponen de hecho una
revolución científica (en terminología de Khun), al pasar del paradigma
conductista al paradigma socio – cognitivo y saltar en la práctica de un
modelo de enseñanza – aprendizaje a un modelo de aprendizaje –
enseñanza. Es ahí donde adquiere un verdadero sentido una didáctica y un
currículum centrado en procesos y donde las funciones del profesor
quedan reorientadas hacia una nueva dimensión: como mediador del
aprendizaje y de la cultura social” (Pérez y Díez, 2000).
Las ventajas de aplicación del enfoque
socio-cultural Vygotski-Luria ciertamente pueden ayudar en las escuelas
creando “zonas de posibilidades” (Moll,1990) trabajando con poblaciones,
actualmente en riesgo, como los “desertores escolares“, entre
muchos otras áreas de ayuda que pueden ofrecerse en el manejo de la zona
del desarrollo proximal. Tal es el una de las muchas aplicaciones y
alcances del enfoque sociocultural desde la perspectiva de la Dra.
Rodríguez-Arocho (Rodríguez-Arocho. En:
http://psych.hanover.edu/vygotsky/rodrig.html) coincidiendo con Roman
Pérez y Díez Pérez (2000) en determinar aplicaciones prácticas de la
teoría.
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